Los días y las semanas pasan rápido por estos tiempos. Tal vez la proximidad de fin de año nos lleve a tener estas sensaciones.

Finalización de clases, balances que presentar en el trabajo, terminar con los pendientes, brindis y fiestas para despedir el año.
Tanto aún por hacer y las agujas del reloj vuelan, si vuelan más que antes!, y no puedo comprender el ¡porque!. Desearía que las agujas del reloj se detengan, que el mundo lo haga y yo poder mirar, observar y pensar como arrancar y cumplir con todo.
Sin dudas, esto es no es factible. Pero si contamos con herramientas a nuestro alcance para llegar al ultimo día del año con objetivos cumplidos y disfrutando de esta etapa del año que es tan linda; en donde se propician los reencuentros, las salidas, los abrazos y las risas recordando gratos y buenos encuentros vividos .
Tan a mil vivimos, tan a mil se pasan nuestros días sumergidos en todo lo que hacemos que estaría muy bien poder disfrutar de los buenos momentos que se generan en los fines de año.
Reencontrarse, compartir anécdotas, reír, emocionarse y por unas horas abstraernos de la rutina y la locura del día a día. Buscar ese espacio para uno mismo en soledad o con los afectos.
Fin de año nos apremia, recordemos los objetivos planteados al inicio de año, los sueños y deseos. Que logramos en un cien por ciento, que quedo a medias y cuales fueron aquellas cosas que no pudimos ni siquiera iniciarlas. Tal vez lo adecuado seria colocarlas en la lista para el próximo año. Si a medias quedaron dos o tres objetivos veamos si aún podemos cumplirlos y si realmente nos brindan lo que buscábamos, cuando nos los planteamos.
Evitemos enrollarnos, vamos a lo práctico y a nuestras prioridades. Si no se puede hacer, listo a otra cosa. Por algo no pudimos, tal vez aun no ha llegado el momento de concretar ese objetivo, sueño o deseo.
En los últimos días, concentremos la energía y las fuerzas en cumplir o lograr nuestro objetivo primordial, el resto se ira acomodando según trabajemos en ellos.

Fin de año, tiempo de balances, de adecuarnos a cambios, enfocarnos en otros objetivos, en agradecer por todo lo bueno que nos sucedió, olvidar las tristezas y recordar a quien ya no están físicamente. Dejar ir, soltar todo aquello que ya dejaron de provocarnos emociones y felicidad.
Prepararnos para un nuevo año, deseando lo mejor, abiertos a recibir y a dar. Permitiéndonos disfrutar mas de las cosas simples, sin tantas estructuras, soñando y proyectando nuevos horizontes.
Disfrutemos la llegada del fin de año y esperamos con ansias lo nuevo que esta por llegar.
Aceptando, queriendo y deseando solo buenos momentos.

Flor Zumaeta, escuchala todos los sábados de 11 a 12 en FM Profesional 89.9!

Foto apertura: Antonio Tita.