Cuando hablamos de soltar, de dejar ir, de cambiar, el cuerpo se estruja y muchas veces nos pasa que preferimos sostener aquello que ya no tiene sentido, pero lo hacemos con tal de no sentir las sensaciones que tenemos cuando nos enfrentamos a estas cuestiones de la vida.
Foto apertura: Maria Quintian.
Por una razón natural casi prehistórica durante gran parte de nuestra existencia hacemos todo por pertenecer, cuando somos niños queremos pertenecer a nuestro círculo primario, o sea mamá y papá y hacemos todo por ello, luego queremos pertenecer a un grupo de amigos de pares, y así vamos caminando y buscando ser reconocidos, aceptados, PERTENECER, lo cual en muchos casos produce un sufrimiento muy grande.
Es por eso que, SOLTANDO, dejando ir situaciones, personas que ya no están o elijo que no esten en mi vida, dejás de PERTENECER a algo, a un sistema, a una relación o a relaciones, a un grupo, a una familia y dejar de PERTENECER te libera, porque cuando dejo de PERTENECER, tu ni nada me pertenece y soy absolutamente libre de mi vida, de mis elecciones. Dejo de pertenecer a un SISTEMA y paso a constituir MI PROPIO SISTEMA, dejar de pertenecer es doloroso, el cuerpo se resiste, pero aprende.
Cerrando ciclos, dejando ir, y empezando de nuevo «sin pertenecer a» es para mí el camino que te abre las puertas a la felicidad absoluta, porque podés estar aquí, allá, o no estar, podes estar acompañado o no, y todo seguirá intacto en tu interior.
Entonces cada vez que tengas que cerrar ciclos, no habrá sensación de pérdida, porque simplemente aprendiste que nada te pertenece y que no perteneces ahí. Solo TE PERTENECES a ti, a tu propio crecimiento. A tu propia paz, a tu propio amor, elegiste estar o acompañar por tu propia libertad no porque necesitaste pertenecer a nada. Entoces podras agradecer, sonreir y seguir hacia otra puerta que se abre para ti, dejar de querer pertenecer a algo, es la práctica de la responsabilidad en su fase mayor, es aprender a HACERME CARGO DE MI, entender y aceptar que SOY a partir de poder ser responsable conmigo para luego elegir convivir o no con otros, si busco pertenecer voy a querer también que algo o VOS me pertenezcas, y me vuelvo presa de mi propia trampa.
¿De qué temas les gustaría que nos hable Silvana en las próximas columnas?
Deja un comentario