La Organización Mundial de la Salud confirmó que dentro de lo que conocemos como adicciones sin sustancia o comportamentales se incluirá el uso abusivo de videojuegos.
Se comprende por esto que el problema aparece cuando el comportamiento se vuelve persistente e incide en el desarrollo de las actividades habituales de una persona, perdiendo el control sobre la frecuencia, la intensidad y la duración de esta actividad. Jugar en línea -o con consolas de juegos electrónicos- pasa a tener prioridad por sobre otros intereses como salir con amigos y compartir momentos en familia. Además, afecta también el ámbito escolar o laboral, en la cantidad y calidad de horas de sueño e incluso puede generar aislamiento, con el agravante de que esta conducta se mantiene pese a las consecuencias negativas que pudiera implicar.
La población más proclive es la de los niños y los adolescentes. Es en ellos en los que podemos ver, en mayor medida, los efectos nocivos del uso compulsivo de los videojuegos en detrimento del rendimiento escolar, con problemas de concentración e impacto negativo tanto en el descanso como también en las relaciones sociales y familiares.
Una problemática que se puede prevenir
Las conductas ya instaladas en forma problemática no suceden de un día para el otro, son progresivas y comienzan – generalmente – cuando son avaladas por los padres o, cuando éstos, no lo consideran un problema. Cuando es necesario intervenir para acotar el consumo de este entretenimiento es porque algo ya pasó, ya puede haber una o más áreas que se vieron perjudicadas por este comportamiento. Pero, desde el Counseling creemos que se puede prevenir teniendo en cuenta algunas cuestiones:
– Es muy importante que cuando los chicos comienzan a relacionarse con la tecnología sean acompañados por adultos, quienes accedan a los contenidos y estén al tanto de los tiempos de uso de estos dispositivos para que esto suceda sujeto a parámetros saludables.
– Establecer límites asertiva y oportunamente a través de una comunicación fluida resulta el modo más apropiado de otorgarle a los chicos las herramientas necesarias para que ellos mismos encuentren el beneficio que conlleva atender todos los ámbitos que constituyen una vida que les permite crecer y disfrutar de forma saludable. Estar presente ayuda a prevenir conductas perjudiciales ligadas al abuso de estas nuevas maneras de jugar.
– Alentar y acompañar a los chicos a que practiquen algún deporte, o bien, compartir juegos en los que el espacio común en familia o con amigos sea una condición necesaria. Esto provee un bagaje de conocimientos que fortalecen positivamente el desarrollo de habilidades sociales. Una propicia evolución requiere interacción con pares, en la que se aprende de sí mismo y de los demás, se conocen en mayor profundidad los propios intereses y se desarrollan las capacidades para la superación de obstáculos y el aprendizaje a raíz de la experiencia.
El Counseling en el acompañamiento familiar ayuda a generar espacios de libre expresión, favorece la comunicación eficaz y fortalece la calidad vincular.
Y estamos en vacaciones de invierno, chicos y jóvenes están más tiempo en casa, a resguardo del frío y compartiendo lugares que no siempre son comunes en época de rutinas escolares y cumplimiento de obligaciones; es una gran oportunidad para procurar el acercamiento, los espacios compartidos y el encuentro.
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