Además de los beneficios psicológicos, la risa es buena para la salud en general, en esta nota te contamos por qué se dice que reír es una de las mejores medicinas.
Siempre me acuerdo de cuando era chica y leía la Revista Selecciones que coleccionaba mi papá y tenía en cada edición, una página de chistes que se llamaba igual que esta nota. Que el humor ha sido herramienta para sobrevivir de muchos de los grandes humoristas internacionales que se conocen, ya lo sabemos, pero hoy vamos a hablar de los efectos físicos que produce la risa.
La risa no sólo nos hace más felices sino que además nos vuelve más sociales, sirve para relajarnos y nos pone alertas. Pero más allá de todo esto, la risa trae muchos beneficios que se relacionan directamente con nuestra salud.
La risa es un relajante natural por excelencia. Una buena carcajada nos puede hacer olvidar de las tensiones físicas durante, por lo menos, 45 minutos. Y la razón es que alivia el estrés inmediatamente. Además, cuando reímos nuestro cuerpo libera endorfinas, neurotransmisores que van al sistema nervioso y nos dan una sensación rápida de energía y bienestar general.
Otras razones de oro para mejorar nuestro humor es que reír representa grandes beneficios para el corazón y el sistema inmunológico. Interesante, ¿no? Cuando reímos nuestros vasos sanguíneos se dilatan y en consecuencia la sangre fluye mejor; es por eso que se dice que es bueno para la tensión sanguínea y para tener un corazón saludable.
En cuanto al sistema inmunológico, los estudios son sorprendentes: cuando reímos generamos más cantidad de anticuerpos, antibióticos naturales de nuestro organismo que nos defienden de las enfermedades. Esta es la misma razón por la cual se dice que las personas que padecen de estrés elevado son más propensas a enfermarse.
La risa ayuda también a un buen funcionamiento de nuestra mente, nos predispone a las relaciones sociales, pero además nos ayuda a enfrentar situaciones difíciles como pérdidas o decepciones. No es un dato menor. Cuando reímos es porque una situación nos parece divertida y muy graciosa, por esto es que es imposible reírse y estar triste al mismo tiempo.
En esos segundos en que le permitimos a nuestro cuerpo olvidarse del dolor, lo estamos ayudando a tomar valor para enfrentar problemas y situaciones duras, y hacemos que la mente comience a pensar en perspectiva. Así, nuestros pensamientos son más realistas, más aptos para promover la aceptación o para generar soluciones efectivas y rápidas.
Si quieres cambiar tu humor, sólo tienes que permitirte reírte de ti mismo y compartir situaciones graciosas.
Gracias Cielo Laruffa y VIX por su nota!
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