LULI DE VIAJE // ANIMAL KINGDOM.

Hola Ladys viajeras! Gracias por acompañarme nuevamente en esta aventura. En la columna pasada nos referimos a los viajes como plenas experiencias, que te renuevan y crean una nueva versión de tu persona. Esta vez las voy a llevar a un mundo mágico, el verdadero Animal Kingdom: Sudáfrica.

Siempre soñé con subirme a un jeep, sentir la adrenalina de un safari, cruzarme con los felinos más hermosos y peligrosos a la vez, y culminar el día con ese grandioso atardecer coronado por un sol gigante como solemos ver en las películas.

Cuando comencé a planear esta escapada de solo diez días y al querer conocer y visitar lo máximo posible en tan poco tiempo, tuve que ponerme a investigar que atractivos no me podía perder, que ciudades debía visitar si o si, que rutas tomar y si convenía hacerlo en avión o alquilarme un auto. Así me enteré que para ingresar a Sudáfrica es requisito indispensable ponerse la vacuna de la fiebre amarilla. Así que a armarse de valor e ir pensando en ponerle el brazo a la circunstancia. (No me gustan los pinchazos, a la que le pasa lo mismo me va a entender).

¡SUDAFRICA ALLÁ VOY!

El avión salió de Buenos Aires con rumbo a Johannesburgo, con escala en Sao Paulo. Después de varias horas de vuelo llegamos a Johannesburgo, la ciudad más poblada de la republica de Sudáfrica.

Estando en Argentina encontré por internet a un señor llamado Mark que ofrece servicios de transfer a cualquier punto de las afueras de la ciudad. Al llegar al aeropuerto ya estaba allí esperando para llevarme hasta Hoedspruit, un pequeño pueblito situado en la provincia de Limpopo y donde comenzaría esta gran aventura. En el recorrido ya pude hacerme una idea de adonde había llegado. Monos en la ruta, casas pequeñas, caminos de cornisa y mucho verde. Una sensación de emoción y adrenalina comenzó a invadirme el cuerpo, estaba finalmente en el país de los extraordinarios safaris!

Después de cinco horas llegamos al hotel, una casa de campo rodeada de exuberante naturaleza, árboles de diversas especies y plantas con frutos por todos lados. George y sus compañeros salieron a recibirme y me llevaron hasta la habitación. El estilo era tal cual me lo imaginaba, con hermosas flores y artesanías en madera, y los llamados “Big Five” (o los 5 Grandes, clasificados así por tratarse de los animales más difíciles de abatir, son el león, el leopardo, el elefante africano, el rinoceronte y el búfalo) estaban representados en todos los ambientes a través de pinturas, esculturas, fotos, y hasta en los manteles y cubrecamas. Me sorprendió la cantidad de gálagos que nos rodeaban en todo momento, pequeños primates de ojos muy grandes y cola larga que saltaban de un mueble a otro, subían por las paredes y hasta se acercaban a la mesa cuando estabas comiendo.

EXPERIENCIA SAFARI: MODO ON

Comencé con un Game Drive nocturno, un recorrido en jeep por los caminos de tierra de la reserva privada del hotel. Me topé con las majestuosas jirafas que caminaban muy cerca tuyo y los enormes rinocerontes que miraban atentos. Tuve la suerte de ver una manada de hienas y escuchar su singular sonido que parece una carcajada. Me contó Pete, el guía, que hacía varios meses que no los veía rondar por allí. Al regresar una exquisita cena me estaba esperando.

En la mañana siguiente, Pete me buscó a las 5.30 am para partir al Parque Nacional Kruger, la reserva de animales más grande de Sudáfrica y quizás uno de los parques con mayor extensión del mundo con casi 2 millones de hectáreas, y también uno de los más famosos por sus safaris. En una excursión de 12 horas seguidas pude recorrer sólo una parte de esta gigante reserva, pero suficiente para deleitarme con todo lo que pude apreciar: la vida salvaje en plena acción, en su propio hábitat. Yo era una partícula más, insignificante al lado de tanta majestuosidad. Extensiones de grandes llanuras por un lado, zonas arboladas por otro, todas con especial singularidad donde conviven distintas especies y pueden moverse con total libertad.

Una experiencia increíble en la cual me pude acercar a familias de monos, toparme con elefantes que cruzaban el camino lentamente, manadas de impalas que pasaban corriendo por al lado, pude observar como abundan las cebras, jirafas y búfalos, sin olvidar la impresionante cantidad de aves que habitan allí. Y a lo lejos pude contemplar rinocerontes blancos y negros, los cuales se encuentran en extinción, hipopótamos al pasar por alguna laguna y los imponentes leones, tan extraordinarios en vivo como uno se los imagina. Pero allí no están resguardados atrás de una celda, allí son libres y ese pensamiento te genera una adrenalina extra que no se puede evitar. Sólo me faltó encontrarme a los leopardos y chitas, pero estas últimas son casi imposibles de ver ya que sólo hay 150 en toda la extensión del parque. Sin lugar a dudas una experiencia que volvería a repetir en cuanto pueda.

Al dia siguiente dejé Hoedspruit para hacer un recorrido por la Ruta Panorama. En el paseo conocí imponentes lugares como el Cañón Azul, las Cataratas Lisboa y Berlín y la conocida Gods Window, o Ventada de Dios, un mirador donde se puede disfrutar de una vista espectacular del Cañón del Río Blyde. Este es el tercero más grande del mundo y cubre 29000 hectáreas. Terminada la excursión llegué a Nelspruit, donde tomé el vuelo hacia Ciudad del Cabo.

LA JOYA DE SUDAFRICA

Ciudad del Cabo es una ciudad portuaria en la costa oeste de Sudafrica, y es considerada el destino turístico más popular del país. Me alojé en un hotel ubicado en una hermosa zona llamada Sea Point, de las más pobladas de la ciudad y con un kilométrico paseo frente al Atlántico. Dejé el equipaje y salí rápidamente a dar un paseo por los alrededores y pude ver el gran movimiento de gente joven, restaurantes, pubs, ferias de artesanos, bandas en vivo y food trucks, todas opciones muy interesantes.

Al dia siguiente me levanté temprano y fui a la base de Table Mountain, o Montaña de la Mesa, el ícono más importante de la ciudad y además una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo desde 2011. Al llegar hice una larga cola para subir en teleférico hasta la cima. El mismo va girando en el aire mientras sube, no apto para los que sufren de vértigo! Arriba hay distintos senderos para hacer trekking y unos animalitos muy amigables que te acompañan llamados Dassie.

Alquilé un auto, lo cual es muy económico y conviene para hacer tu propio itinerario, y me largué a recorrer la conocida Ruta Jardín, que va desde Ciudad del Cabo hasta Puerto Elizabeth. Pude visitar lugares como Hermanus (un pequeño pueblo a orillas del mar, llamado capital nacional de las ballenas, con paseos costeros, gran cantidad de bares y una gran feria), Plettenberg Bay (con hermosas playas y avistaje de delfines todo el año), Jukani (un santuario natural de aves y felinos), el puente Bloukrans (donde se realiza unos de los bungee más altos del mundo), y Oudtshoorn (lleno de granjas donde se practican las particulares carreras en avestruz).

Tomé el avión de regreso a Johannesburgo y aproveché para ir a conocer el Nelson Mandela Square Mall, una plaza rodeada de negocios localizada en Sandton, una de las mejores zonas de la ciudad. Por lo general, los hoteles ofrecen un transfer gratuito con diversos horarios que te lleva y trae de vuelta.

Llegó la hora de volver a casa. Sudáfrica resultó ser impresionante, única e inolvidable. Me dejó el recuerdo de un viaje increíble, de un país con gente maravillosa y anfitriona, con mucha riqueza humana y sobre todo natural. Un destino que recomiendo cien por ciento. ¡Animate a conocerlo!

SABÍAS QUE SUDAFRICA…

+ Tiene más de once idiomas oficiales.

+ Es llamada la Nación del Arco Iris por su multiculturalismo

+ Tiene la ruta del vino más larga del mundo, la Ruta 62.

+ Dos ganadores del Premio Nobel de la Paz vivieron en la misma calle: los sudafricanos Desmond Tutu y Nelson Mandela.

A TENER EN CUENTA:

  • Aconsejan no caminar de noche por las calles de Johannesburgo.
  • En las ciudades grandes se puede tomar el conocido bus turístico Hop On – Hop Off que te hacen el característico City Tour y te podés bajar y subir en la parada que elijas, por uno o varios días dependiendo del pase que compres.
  • En Ciudad del Cabo te recomiendo que te llegues hasta el Victoria y Alfred Waterfront, el paseo marítimo por excelencia. Podes realizar paseos en bote, admirar los lobos marinos que se recuestan en las orillas, probar sándwiches gourmet de carne de avestruz o Springbok en alguno de los puestos de la feria y comprar todo tipo de souvenirs.
  • El Museo de la Prisión de la Isla Robben es un símbolo de justicia, derechos humanos y sacrificio que refleja una dura época en la historia de Sudáfrica. Uno puede visitar la celda que albergó a Nelson Mandela durante tantos años. Se aconseja reservar la excursión, que incluye el transporte en transbordador, con mínimo dos semanas de anticipación.
  • Si estás en Ciudad del Cabo y queres cenar rico y muy bien atendido, te recomiendo un restaurante llamado NV-80 localizado en Sea Point. Lo curioso del lugar es que es a puertas cerradas y no hay cartel que indique que sea un sitio para comer.

¿Tenes más dudas sobre este destino? Escribile a Luli Verges!: lucianaverges@hotmail.es

         12/01/2018        BLOG, HOME-BANNER

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