Cuando una seguidora de Instagram, me envió por Direct el pedido (casi) desesperado de un post sobre este tema, me transportó mentalmente a la cara de pánico que tantas veces he visto, al preguntar inocentemente: “¿Ya armaste la valija?”
Tal parece que el mundo se divide entre aquellos elegidos que planifican milimétricamente el espacio, la cantidad de prendas, los accesorios y hasta las bolsitas para la ropa para lavar (yo formo parte de este segmento); y aquellos otros, que preferirían que la tecnología avance lo suficiente para que las odiosas valijas se armen solas.
Si pertenecen al segundo grupo, esta nota es para ustedes. Vamos a tratar de simplificar y optimizar al máximo este proceso, para que armar la valija, sea casi (CASI) tan placentero como viajar. ¿Arrancamos?
- Siempre es fundamental, tener en cuenta el destino, el estilo de viaje, la duración y, obviamente, el pronóstico del clima. Esto nos permite acotar la selección del tipo y la cantidad de prendas a llevar, y evitar el popular “llevo esto por las dudas”. Por las dudas, se queda en casa.
- Si sabemos con anticipación las actividades que vamos a realizar, podemos programar los conjuntos de acuerdo al código de vestimenta apropiado (es decir, si vamos a asistir a un cóctel, procurar llevar el atuendo correcto; si vamos a la playa, no olvidarnos las ojotas; si tenemos un viaje de negocios, armar los atuendos adecuados para cada clase de reunión).
- Sé que me van a odiar un poco, pero es la manera más eficiente de conseguir una valija práctica, eficaz y más liviana. Programar una muda de ropa interior por cada día de viaje (más una); el doble de prendas superiores que el de prendas inferiores; definir los conjuntos por combinaciones intercambiables; elegir complementos básicos, clásicos y combinables; llevar un abrigo (dependiendo del clima, claro está) que vaya CON TODO; evitar las prendas que no usamos nunca, porque nos vamos de viaje, no cambiamos de personalidad.
- ¿Cuántos pares de zapatos? Dependerá del tiempo de duración del viaje, pero teniendo en cuenta que no viajamos descalzos (o sea, que ya estamos llevando un par puesto), no más de dos o tres pares extra; que combinen con todas las prendas que llevamos, y que nos sirvan para todas las actividades que tenemos previstas. Acá les recuerdo de nuevo, “por las dudas” no viaja.
- ¿Algunos extras que pueden ser útiles? Un mini costurero, para resolver cualquier imprevisto con alguna prenda; bolsas pequeñas: para guardar todo aquello que pueda quedar suelto, para guardar los zapatos y que no ensucien la ropa, para las prendas usadas, para proteger botellas y frascos de vuelcos y accidentes varios; un neceser con miniaturas de los productos que usamos a diario (la próxima vez que compren ESA crema, pidan las muestras y guárdenlas para los viajes); y la planchita de viaje, si son amigas del pelo lacio, los hoteles suelen tener secador de pelo, pero casi nunca planchita.
Es un proceso simple, si lo hacemos con tiempo y a conciencia. Establecer sistemas de orden en nuestro guardarropas, nos va a permitir armar las valijas con mayor rapidez y certeza: cuando tenemos un guardarropas maximizado, todo lo que está adentro es apto para el estilo de vida y el cuerpo que tenemos hoy; las planillas de conjuntos pueden armarse exclusivamente para cada viaje y llevarlas para consulta durante el mismo; si conocemos los colores que nos favorecen, podemos optar con mayor rapidez por las prendas superiores que nos beneficien, y evitamos llevar prendas que después no vayamos a usar, y un montón de beneficios más.
Ahora, la próxima vez que te vayas de viaje, empezá a disfrutarlo mientras armás la valija con estos tips, vas a ahorrar tiempo y mal humor, es una promesa.
¡Nos leemos pronto!
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