Hace un tiempo que pienso en escribir una nota sobre el diseño local. A veces la “moda” se nos plantea como un concepto inalcanzable y lejano. La Fashion Week en París. Los desfiles en Milán. Las tiendas por departamento en New York.
Pero la moda también está a nuestro alcance. El diseño que antecede a la tendencia, se gesta mucho más cerca de lo que creemos saber. Y por eso quiero contarles, que hay muchas y muy buenas opciones tanto en indumentaria, como en calzado y hasta joyería, que se producen acá nomás, quizás a un par de cuadras de donde estás leyendo estas líneas.
Indagando en mis redes, descubrí que la gran mayoría de las seguidoras, no están en contacto con el circuito de diseño local, en parte, porque la fuerza de las marcas más “comerciales” o conocidas, es arrolladora. Pero a mi entender, SABER QUIÉN HACE LO QUE USAMOS ES UNA MANERA DE EMPEZAR A CONSUMIR RESPONSABLEMENTE. En épocas de fast fashion, o moda descartable, tener acceso a conocer el proceso de confección y manufactura de lo que compramos es un privilegio.
¿Espiamos un poco?
LHAKA WICHI es una marca joven, lleva recién un par de temporadas lanzada al público, y dirige sus productos tanto hacia clientes mayoristas, como a aquellas compradoras habitués que pasan por el showroom para llevarse “algo lindo”. El estilo de la indumentaria está dirigido a mujeres reales, que quieran sentirse cómodas llevando prendas confeccionadas con géneros de gran calidad. Fabrican vestidos cortos y largos, calzas y faldas, buzos y remeras, y mis preferidas, una gran variedad de modelos de musculosas. La responsable del diseño y del taller es Josefina Vidal, pero si visitás el showroom vas a descubrir un bonus track sobre la marca que es una BOMBA. Dónde están? En 20 de febrero 1705, primer piso, oficina 5. Te atiende Anita que es un encanto, te probás todo lo que quieras, y te vas con una prenda hecha en Salta, con una historia poderosísima detrás, y a un precio RE amigable. Imperdible. Seguilas en su cuenta de Instagram: @lhaka_wichi
MAFE es sinónimo, desde hace varios años, de calzado de autor. Su creadora, Fernanda Perales, me recibió en su taller, que es un paraíso de hormas, colores y texturas. La evolución de sus zapatos, a través del tiempo, se materializa hoy en modelos cosmopolitas y urbanos, con identidad propia, pero funcionales y complementarios de un sinfín de estilismos. Aquellos conceptos de sus inicios, con mucho contenido autóctono (especialmente en los textiles, como el aguayo), fueron dejando lugar a sandalias en contrastes complementarios, zapatos en cuero metalizado y diseños muy actuales, que a la vez, son piezas atemporales. La marca, además, tiene un privilegio especial para sus clientas: les permite participar, si lo desean, del proceso creativo. Existe la posibilidad de co-crear un modelo único y exclusivo, eligiendo junto a Fer el diseño, los materiales, la paleta de colores y los detalles, y llevarte a casa, un par que no tiene nadie más. Un lujo. Los precios son más que accesibles, teniendo en cuenta que estás sumando a tu guardarropas, un ítem hecho exclusivamente para vos, cuya calidad y terminación están muy por encima de las marcas de zapatos que ves en todos lados. Si no te aguantás las ganas de tener tus MAFE, podés seguir a Fer a través de su cuenta de Instagram (@fernanda_perales79), y contactarla vía DM para concertar un encuentro.
ODULA es joyería entendida como obras de arte para usar. Las piezas que hace Belén Ortiz, cuentan una historia. Ninguna está librada al azar, todas tienen un trasfondo creativo profundo, y quien se lleve una joya de Odula, se llevará también un pedacito de su creadora. En la evolución de la marca, Belén experimentó con una gran variedad de materiales, para decantar finalmente, por los metales, con los que inicialmente, arrancó en el mundo de la joyería. El trabajo y el detalle en cada pieza, es evidente y manifiesto: hilos de bronce fundido, y golpeados, se engarzan con piedras de canteras locales (ónices salteños, si!), tientos de cuero y flores de alpaca. Un universo surreal, atravesado por el proceso creativo de su dueña. Cada pieza es única, y la marca también les permite a las clientas involucrarse en el camino de producción, decidiendo junto a la diseñadora, los detalles de una joya que por supuesto, será exclusiva e irrepetible. Con sólo ver las imágenes, dan ganas de llevarse todo. Pueden encontrarla en Instagram (@odulajoyeria) o en Facebook (Odula joyería contemporánea).
Aprovechemos que es temporada de regalar y regalarnos, para invertir en el diseño nuestro, hay mucho talento oculto en nuestra Provincia, sólo es cuestión de encontrarlo.
Gracias por leerme y acompañarme durante este 2017. Les deseo una Feliz Navidad y que el 2018 vuelva a encontrarnos en este espacio, para seguir hablando de imagen y moda, que como dicen los que saben “hay mucha tela para cortar”.
¡Nos leemos pronto!
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